Contra la obesidad… movimiento!
Dra. Ivanna Dorado del Campo - Equipo formador Laboratorios Ysonut
Ya es por todos conocido que la obesidad es la auténtica pandemia del llamado, no sé si de forma justificada, primer mundo. Supone un problema de salud serio y es lamentable que, disponiendo de medidas para combatirla y, lo que es más inteligente, para prevenirla, no lo hagamos.
Soy plenamente consciente de lo difícil que es de controlar: tenemos un fácil acceso a los alimentos, los precios son asequibles, comer nos produce una “satisfacción inmediata” y encima no está mal visto. Todo esto, junto con la tendencia del organismo a almacenar energía nos conduce inexorablemente a la realidad actual. Un pilar fundamental para conseguir un envejecimiento saludable es mantenerse en un peso adecuado. Yo lo sé y tú lo sabes, pero con eso sólo no basta. Es necesaria una implicación personal y seria para alcanzar este objetivo.
Obviamente, la primera actitud a cambiar si no quieres aumentar tu proporción de grasa corporal es la de utilizar la comida como medida compensatoria de otros déficits, i. e, no recurras a los alimentos si no te sientes feliz, eso no va a solucionar tus problemas, una vez termines de comer seguirás siendo infeliz… y gordo! Pero en lo que yo quería hacer especial hincapié aquí es en que si no padeces ninguna enfermedad (aún) además del sobrepeso tienes la suerte de poder incluir en tu vida la actividad física como mecanismo para no engordar a pesar de seguir ingiriendo comida “como siempre”… el encontrar una rutina física divertida en vez de considerar el “hacer algo” una obligación penosa impuesta o un castigo, puede hacer que estar delgado sea lo normal. Una forma de empezar este cambio es habituarse a prescindir de ciertas comodidades que llegaron en su día para mejorar nuestra vida pero que acaban generando problemas si se abusa de ellas: ir en coche hasta la misma puerta de nuestro destino, subir o bajar siempre en ascensor…
Tengo que admitir que los tiempos que nos están tocando vivir no ayudan mucho. El teletrabajo supone ya de por sí una reducción de la movilidad. Los confinamientos y la obligatoriedad del uso de mascarilla para hacer deporte (sic) en gimnasios son realmente descorazonadores. Por eso considero que el realizar actividad física al aire libre es la mejor opción. Busca algo que te guste: caminar, bailar, montar en bici… e incorpóralo a tu vida. Las cosas tienen la importancia que tú les des así, si decides que es importante, encontrarás un momento para hacerlo.
No pretendo agobiar enumerando las múltiples patologías que tienen una relación directa con el sedentarismo: enfermedades coronarias, hipertensión, síndrome metabólico… pero no está de más recordar algunas si eso sirve para incitar a alguien a moverse. Cada uno de nosotros debe conocerse, aprender qué puede permitirse comer (y cuándo) y qué no, encontrar un equilibrio entre ingesta y gasto.
Por supuesto, al hacer ejercicio, es mejor aplicar los conocimientos ya adquiridos para optimizar el rendimiento, i. e. que alguien que sepa te recomiende el tipo de actividad adecuada a tus características físicas. Qué hacer, cuándo y cuánto tiempo además de alimentarse correctamente son las claves. Si además de mejorar tu función cardiaca y tu resistencia consigues conservar o incluso aumentar tu masa muscular te será mucho más sencillo no aumentar de peso. Además, el entrenamiento de la fuerza muscular es una de las medidas más eficaces contra la sarcopenia, lo que previene a la larga la discapacidad física y la pérdida de calidad de vida. Por no hablar de los beneficios del ejercicio si tienes ansiedad, depresión o estrés.
En fin, ya que hay que envejecer, al menos que sea en las mejores condiciones, no crees?
Dra. Ivanna Dorado del Campo - Equipo formador Laboratorios Ysonut