La flora es el conjunto de microorganismos que habitan en nuestro organismo: intestino, boca, etc. Los factores que influyen en la composición de nuestra flora son tanto genéticos (cada individuo posee una flora propia y característica) como externos como: el estrés, la calidad de la alimentación, el envejecimiento... El desequilibrio de la flora en calidad y cantidad favorece la aparición de intolerancias, alergias y otros trastornos del sistema digestivo.
Afirmar que una flora intestinal sana es imprescindible para un sistema digestivo sano puede parecer obvio. Pero es muy interesante saber exactamente por qué. Como ya hemos comentado en otros posts dedicados a la flora, hay bacterias “buenas” que se encargan de estimular las enzimas digestivas y que participan en la descomposición de todo lo que comemos. Las “malas” producen un exceso de gases, en un proceso de putrefacción, transformando los aminoácidos de las proteínas en toxinas o en agentes desfavorables para la salud.
De ahí que una flora intestinal equilibrada sea tan importante. Favorece la síntesis de vitaminas, la absorción de nutrientes, la degradación de fibras no digeridas y la correcta descomposición de proteínas y aminoácidos, entre otros compuestos beneficiosos.
Centrándonos en la digestión y la nutrición, podríamos mencionar estos principales beneficios de la flora para tu organismo:
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